Lamentablemente no se habla lo suficiente sobre este tema. Recientemente la humanidad cruzó otro límite planetario: la acidificación de los océanos. Esto no es ningún chiste y el estudio tiene rigor científico. Según un nuevo informe del Laboratorio de Ciencias de Límites Planetarios del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) reveló que hemos cruzado un séptimo límite planetario, de los nueve que se han identificado como críticos para nuestro actual sistema terrestre.
El sistema terrestre, tal como lo conocemos, ha sido relativamente estable durante 11.700 años: la duración del Holoceno, el período geológico actual de la historia de la Tierra. Este es el único estado de la Tierra que sabemos con certeza que puede sustentar las sociedades humanas tal como las hemos diseñado.
Balance de Salud Planetaria 2025
Revela un nuevo y drástico avance: por primera vez se ha superado el límite de acidificación de los océanos. Este cambio, impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles y agravado por la deforestación y el cambio de uso del suelo, está degradando la capacidad de los océanos para actuar como estabilizadores de la Tierra. Esto marca el séptimo límite transgredido, empujando a la humanidad aún más allá de la zona segura para la civilización. Las consecuencias ya son perceptibles: la acidificación de los océanos ha superado lo que se considera seguro para la vida marina y los ecosistemas ya están sintiendo los efectos. Los corales de aguas frías, los arrecifes de coral tropicales y la vida marina del Ártico están especialmente en riesgo a medida que la acidificación continúa extendiéndose e intensificándose.
Origen de los límites planetarios
Los nueve límites planetarios fueron propuestos por primera vez por un grupo de 28 científicos liderado por Johan Rockström y Will Steffen. Constituyen un espacio operativo seguro para los seres humanos. Cruzarlos se traduce en graves daños para el bienestar humano y el planeta en su conjunto. Si continuamos por un camino que nos aleja del Holoceno, es muy probable que nos dirijamos hacia un estado muy diferente del Sistema Tierra. Los investigadores ya afirman que probablemente estemos viviendo la sexta extinción masiva, por primera vez impulsada por el impacto humano. En los últimos 50 años, se estima que las poblaciones de vida silvestre han disminuido un 73%.
Acidificación de los océanos
Ninguna zona del océano se ha visto afectada por la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, según un informe del programa Copernicus, financiado por la Unión Europea. Más del 10 % de los puntos críticos de biodiversidad marina se están acidificando a un ritmo superior al promedio mundial. El nivel del mar alcanzó valores récord en 2024 y sigue aumentando a un ritmo acelerado. A nivel mundial, los océanos están alcanzando temperaturas récord . El hielo marino del Ártico alcanzó cuatro mínimos históricos entre diciembre y marzo pasados. El calentamiento del océano está provocando que los límites de las provincias biofísicas marinas se desplacen hacia los polos.
El pH superficial del océano ha disminuido alrededor de 0,1 unidades desde el inicio de la era industrial, lo que representa un aumento de acidez del 30-40 % . Esto ha llevado a innumerables ecosistemas marinos más allá de los límites de seguridad y ha degradado la capacidad de los océanos para actuar como estabilizadores de la Tierra. El océano absorbe una gran cantidad de CO2 que los humanos emiten a la atmósfera: entre un tercio y la mitad de todo el CO2 que hemos liberado desde aproximadamente 1850.
Dependemos de que el océano absorba las emisiones de carbono, pero una absorción excesiva de CO2 afecta su nivel de acidez. Desde 1850, la acidez del océano ha aumentado entre un 30 % y un 40 %, según el informe, un ritmo aproximadamente diez veces más rápido que en cualquier otro momento de los últimos 55 millones de años.
La acidificación de los océanos representa una amenaza directa para muchos organismos marinos, como los corales y el plancton, que dependen de la calcificación para construir sus conchas protectoras y esqueletos rígidos. El aumento de la acidez del agua de mar reduce la disponibilidad de iones carbonato, componentes esenciales que estos organismos necesitan. Como resultado, les cuesta crecer, repararse y sobrevivir.
Este daño biológico se propaga por el medio marino porque muchos de estos pequeños calcificadores, en particular el plancton, constituyen la base de toda la red alimentaria oceánica. Cuando estas especies fundamentales disminuyen, los efectos se propagan en cascada. Esto significa que, si bien criaturas más grandes, como los peces, podrían no verse perjudicadas por la acidez en sí, sus principales fuentes de alimento están desapareciendo, lo que amenaza la estabilidad de todo el ecosistema y, con el tiempo, impacta actividades económicas humanas como la pesca, la acuicultura y el turismo costero a nivel mundial.
El océano ha absorbido nuestras emisiones durante siglos, y se han traspasado los límites. Necesitamos tomar medidas para restablecer nuestras economías y sociedades en un espacio operativo seguro y preservar la vida en el océano y en la Tierra, empezando por reducir nuestras emisiones de CO2 mediante la transición a fuentes de energía limpia.
El movimiento que observamos va en la dirección equivocada. El océano se está volviendo más ácido, los niveles de oxígeno están disminuyendo y las olas de calor marinas están aumentando. Esto está aumentando la presión sobre un sistema vital para estabilizar las condiciones del planeta Tierra. Esta acidificación cada vez más intensa se debe principalmente a las emisiones de combustibles fósiles y, junto con el calentamiento y la desoxigenación, afecta a todo, desde la pesca costera hasta el océano abierto. Las consecuencias se extienden hacia el exterior, impactando la seguridad alimentaria, la estabilidad climática global y el bienestar humano», comentó Levke Caesar, codirector del Laboratorio Científico de Límites Planetarios y uno de los autores principales del informe.
Urgencia de proteger los sistemas de soporte vital de la Tierra
Los nueve límites, en conjunto, conforman el sistema operativo de la Tierra: los procesos interconectados que sustentan la vida y que deben mantenerse dentro de límites seguros para mantener a la humanidad a salvo y a la naturaleza resiliente. Los científicos monitorean estos límites mediante indicadores clave, similares a los signos vitales en un chequeo médico, para monitorear el estado del planeta. Los hallazgos apuntan a un deterioro acelerado y un riesgo creciente de cambios irreversibles, incluyendo un mayor riesgo de puntos de inflexión.